Pieces of a Dream: Another note

El dúo Pieces of a Dream, uno de los más veteranos en eso del smooth jazz, ha lanzado ‘Another note’, su disco número 24 en su carrera.

Formado en 1976, esto es, hace 44 años, en Filadelfia (Pensilvania, USA), el grupo lo componen el baterista y percusionista Curtis Harmon y el teclista James Lloyd son los dos miembros de Pieces of a Dream (el bajista fundador Cedric Napoleon abandonó la formación en 1990).

‘Another note’ es puro smooth jazz. No hay posibilidad de equívoco, y tiene todos los clichés, para lo bueno y para lo malo de este tipo de sonido.

Las diez canciones del disco están compuestas por los dos miembros de la banda, ya sea conjuntamente, en solitario, o en compañía de terceros.

Aunque para algunos temas han contado con la participación de otros músicos, como el saxofonista Tony Watson Jr., el guitarrista Chris Harris y los teclistas Bennie Sims y George Granville, lo cierto es que los dos miembros de la banda se bastan para sacar adelante el disco.

Es más, en ‘Take Me There’ el teclista James Lloyd se las ingenia para tocar todos los instrumentos. Yo me lo guiso y yo me lo como en sentido estricto.

O dicho de otra manera, parece que Curtis Harmon y James Lloyd no tienen necesidad de verse para hacer lo que tienen que hacer. Esto es lo que da tanto tiempo trabajando juntos.

En ‘Another note’ hay temas como el que da título al disco, o ‘Rolling along’ y ‘Last call’ que dan la justa medida del tipo de smooth jazz que hacen los de Pieces of a Dream.

También tienen algunas cosas espantosas, como esa especia de ‘spanish song’, vamos a llamarla así, que lleva por título ‘A pieces of fiesta’.

Y, como todo buen disco de smooth jazz que se precie, también incluyen un tema vocal con muchos coros y demás parafernalia que lleva por título ‘Real to me’.

‘Another note’ no es ni mejor ni peor que otros discos de smooth jazz, esto es, si te gusta este tipo de sonidos vas a disfrutar de él pero, en caso contrario, mejor lo dejas.

Pero igual en tiempo trágicos como los que estamos viviendo una música nacida sólo para entretener , sin más pretensiones existencialistas, puede ser la mejor elección.

Digo.

Vale.

Y.M.