Artemis: Artemis

Cuando se escucha la palabra Artemis lo primero que se le viene a la cabeza a uno es el nombre de la diosa griega Hija de Zeus y Leto, hermana melliza de Apolo, protectora de los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y aliviaba las enfermedades de las mujeres.

A lo que no les guste la Gracia clásica y prefieran Roma, Diana era el nombre latino de la diosa Artemis (o Artemisa).

Pero desde ya Artemis es también el nombre del primer supergupo de jazz femenino que ha conocido la historia de esta música.

El septeto está compuesto por la pianista Renee Rosnes, que también ejerce de directora musical, la clarinetista Anat Cohen, la tenorista Melissa Aldana, la trompetista Ingrid Jensen, la contrabajista Noriko Ueda, la baterista Allison Miller, y la vocalista Cécile McLorin Salvant.

Un ramillete de lo mejor del jazz hecho por mujeres ahora mismo, que reúne, además, a artistas originarias de Estados Unidos, Canadá, Francia, Chile, Israel, y Japón.

Que la formación de este super grupo femenino llamado Artemis por parte de la disquera del sello azul tenga un cierto tufo oportunista (ya sabéis el #MeToo y demás movimientos –si es que son movimientos- asociados) no impide reconocer que es una banda de lujo y que suena muy bien.

Artemis, el disco, se compone de nueve canciones, dividias casi a opartes iguales entre temas de las propias artistas como arreglos de canciones de otros compositores y músicos.

Entre las primeras están ‘Goddess Of The Hunt’, que abre el disco y es creación de la baterista Allison Miller, mientras que ‘Frida’ un evidente homenaje a la pintora mejicana, está firmado por Melissa Aldana y ‘Nocturno’ lleva la firma de Anat Cohen.

Entre la segundas están ‘The Fool on the Hill’ de unos tal The Beatles, ‘The Sidewinder’, la popular canción de Lee Morgan, ‘If It’s Magic’ de Stevie Wonder y ‘Cry, Buttercup, Cry’ grabada en su momento por Maxine Sullivan a finales de los años cuarenta del siglo pasado.

Las dos últimas piezas señaladas cuentan con la participación vocal de Cécile McLorin Salvant.

Artemis, el disco, es un disco muy logrado, muy bien interpretado, que viene a poner de manifiesto, por si había que hacerlo, que el jazz no tiene género ni sexo, y que la jazzwoman instrumentistas –las vocalistas están en otro negociado-, tienen un nivel que no tienen que envidiar nada a nadie.

Ahora sólo falta que Artemis, el grupo, no sea sólo flor de un día -no lo será aunque, cabe intuir habida cuenta de la experiencia en otros proyectos, que las participantes no serán las mismas.

Y. M.