Bajo el título de ‘Cultura en tiempos de violencia’, que lleva por subtítulo ‘La huella de la violencia y el terrorismo en la cultura de Gipuzkoa’ se recogen nueve reflexiones, y una presentación de las mismas, de distinto calado e interés sobre la cultura y la violencia (léase ETA) en la provincia de Gipuzkoa/Guipúzcoa.
Hace muchos años decía una mujer que en Guipúzcoa estaba metido el demonio. Y no le faltaba razón,, pues los fríos datos así lo indican: entre 1968 y 2010 en el territorio guipuzcoano se perpetraron 324 asesinatos atribuidos a distintos grupos terroristas (la mayoría de ETA en sus distintos nombres), de los cuales 94 se produjeron en San Sebastián/La Bella Easo/Donostia –eso significa que cada barrio de la ciudad donde está la playa de La Concha tiene casi cinco asesinatos en sus calles.
Vamos a decirlo claro antes de que se me olvide: el mundo de la cultura en el País Vasco ha sido mayoritariamente pro etarra, con las excepciones debidas que confirman la regla –ahí está el apoyo recibido por ‘Mikel Antza’, uno de los jefes de ETA, por parte de un centenar de escritores y editores vascos, entre ellos dos premios nacionales de literatura. Y así todo.
Inevitablemente un libro como este tiene que ser muy irregular, y así, frente a aportaciones relevantes, caso del de Marta Rodríguez Fouz y Felipe Juarista, hay otros más inanes, como el de Santiago Eraso o el de Fernando Golvano.
Escribe Felipe Juaristi : «No somos inocentes desde el momento en que coontemplamos la primera víctima, tirada en la calle, sola y abandonada, cubierta con una improvisada sábana. No somos inocentes: nunca lo seremos.» (pg. 18).
Y se pregunta José Luis González Blanco: «¿Somatización de esos discursos que apoyaban las tesis de la organización armada debido a su implantación social y su capacidad propagandear y marketing?.» (pg. 68).
Que un libro que, parece, tiene como fin denunciar, o analizar, o valorar (críticamente, que se dice ahora), o investigar, los efectos de la violencia terrorista de ETA en y sobre la cultura en el País Vasco no se haga ni una mínima mención a quienes se opusieron, desde la cultura, contra ese tipo de violencia genocida, no dice nada bueno de sus responsables. Y es que los Fernando Savater, Mikel Azurmendi, Agustín Ibarrola, Raúl Guerra Garrido, y otros tantos (no muchos más) siguen siendo apestados para según y quien.
Siguen existiendo víctimas y verdugos.
I. Letrado
Editorial: Catarata Páginas: 190 Año: 2022 |