Con ‘El código pirata’ la profesora norteamericana de Historia Rebecca Simon intenta romper buena parte, por no decir todos, de los mitos que rodean a los piratas.
Pero no estoy seguro de que lo haya conseguido.
Porque si hay un mito bien asentaado en el imaginario colectivo ese es el del pirata que (casi) siempre aparece como alguien bueno y moralmente digno de imitar. Y es que ya sea la literatura (‘La isla del tesoro’ de Stevenson, ‘Canción del pirata’ de Espronceda)), ya sea, sobre todo, con el cine (‘El temible burlón’ con Burt Lancaster de pirata bueno, guapo y divertido; la saga de ‘Piratas del Caribe’), e incluso en la música («Pata palo-lo-lo-lo-lo es un pirata malo-lo-lo-lo-lo» de Kiko Veneno, ‘Una de piratas’ de Serrat), ese mito se ha impuesto de manera abrumadora.
Pero los piratas reales, y aquí metemos también a los bucaneros, filibusteros y corsarios, eran unos ¿cómo lo diría sionn ofender a ndie? Sí, eran unos verdaderos hijos de puta; asesinos, violadores, pederastas, en fin, cualquier delito que pueda existir lo cometían estos individuos.
Rebecca Simon aborda (y nunca mejor dicho) el fenómeno de la piratería desde el análisis de los códigos de los barcos piratas, porque para ser pirata había que firmar el código de ese navío que había impuesto el jefe
De esta manera compara las cuatro versiones principales existentes del código de los piratas y utiliza sus diversos artículos como puntos de partida para ocho capítulos temáticos: trabajo, vida y salarios; castigo; salud y seguridad; sexo, sexualidad y relaciones; armas y tácticas de batalla; comida y bebida; vicios; y entretenimiento. A lo largo de cada uno de ellos, analiza la realidad y la aplicación de las reglas, ampliando su alcance para considerar las implicaciones más amplias, las reacciones de las autoridades y los puntos en común, ilustrando sus puntos con historias apasionantes de piratas individuales y sus tripulaciones.
Aquí están algunos delos piratas más famosos que desarrollaron sus acciones sobre todo en las Indias Occidentales, esto es, las islas del Caribe, tales como Edward Teach (Barbanegra) y Jack Rackham, Anne Bonny y Mary Read, Benjamin Hornigold, Henry Avery, William Kidd y Henry Morgan. Ni qué decir tiene que estos delincuentes atacaban sobre todo navíos españoles.
Esos individuos fueron los que protagonizaron lo que se conoce como La Edad de Oro de la Piratería, a saber, entre finales del siglo XVII y la práctica totalidad del siglo XVIII.
A ‘El código pirata’ de Rebecca Simon se le pueden, y se le deben, poner dos pegas. Una, su tendencia a un cierto presentismo muy woke. Dos, su anglocentrismo, pues salvo por un par de piratas portugueses, todos los demás son británicos, además de no tratar la piratería en otras zonas de la Tierra como el Indico (donde la piratería todavía existe) y el Mediterráneo.
A favor de la autora hay que decir que ha incluido una bibliografía muy amplia, un breve pero necesario glosario así como una lista de piratas y que el libro tiene un buen número de imágenes que ilustran lo que la autora narra.
Y lo más destacado que ha logrado Rebecca Simon con ‘El código pirata’ es haber escrito un libro muy ameno donde la erudición no se pelea con el entretenimiento.
Vale.
Editorial: Malpaso Páginas: 297 Año: 2024 Traducción: Manuel Manzano |