John Zorn at Jazzaldia 3 para el final del 59 Donostiako Jazzaldia

El saxofonista, compositor y productor John Zorn se ha convertido casi en un habitual del Donostiako Jazzaldia. Las cifras lo avalan; en 2013 estuvo con su Masada Marathon, en 2015 llegó con el Bladerunner Trio y en 2019 presentó su Bagatelles Marathon. En ese mismo año de 2019 recibió el Premio Donostiako Jazzaldia.

En este año de 2024 John Zorn ha estado presente con seis formaciones distintas en tres días consecutivos, el 26 y 27 de julio en el Kursaal Auditorioa y, el 28, en la plaza de la Trinidad, y es este último del que vamos a dar cuenta aquí, concierto que, por otro parte, cerraba las actuaciones en la Plaza de la Trinidad.

Vamos por partes. En la Plaza de la Trinidad estaban anunciados Chaos Magick y New Masada Quartet, ambos proyectos patrocinados por Zorn pero donde en uno de ellos, Chaos Magick, el saxofonista no toca.

Chaos Magick que jerecieron de teloneros fue una muy agradable sorpresa. Hicieron un jazz furioso, salvaje, a ratos incluso desmedido, y esos instantes de jazz sin fronteras ni complejos fueron de lo mejor que se ha escuchado (bueno, de lo que yo, mí, me, conmigo) en la edición de este año del festival donostiarra.

Ahí están tocando, como si no hubiera, no ya sólo una mañana, sino un momento después, el pianista Brian Marsella, que hizo, de lejos, uno de los mejores solos a piano que he oído en ese lugar; John Medeski al órgano (sí, el mismo John Medeski de Medeski, Martin & Wood de tan grato recuerdo), el guitarrista Matt Hollenberg y el feroz batería Kenny Grohowski.

Y si mi memoria no me falla es el grupo que menos tiempo ha estado en el escenario de la Plaza de la Trinidad, pues estuvieron escasamente media hora. Pero vamos a conformarnos con que lo bueno si breve dos veces bueno.

Y después salió John Zorn al frente de su New Masada Quartet. Y bien, sin más, correctos, demostrando que el cuarteto es una extensión de Zorn, que dirige la banda con mano de hierro.

Y nunca pensé que vería algo así pero John Zorn, un tipo que, dicen, es bastante especial, le lanzó un beso al director del festival de jazz donostiarra. La vida.