Uri Caine Trio, enlazando músicas

El trío del pianista neoyorquino Uri Caine ha sido el protagonista de la segunda de sesión del mini ciclo jazzero que se está celebrando en la Sala Club del Teatro Victoria Eugenia de Donostia.

Uro Caine ha frecuentado el Jazzaldia, el cual le dedico una integral a su música en el año 2000, donde, dicho sea de paso, ofreció un concierto en la plaza de la Trinidad junto el Coro Easo interpretando las Variaciones Golberg de J.S. Bach inolvidable por lo malo que fue (y por encima llovía).

El concierto de la fría noche donostiarra mostró las cualidades de Uri Caine como pianista, pues iba enlazando temas y estilos sin solución de continuidad.

Así, iba del jazz más clásico al free –justo ese que cuando un músicos está tocando un vals el otro ataca un tema de jevy-, sin que, por otro lado, su música se resintiese especialmente. Hay que reconocerle a este pianista de formación tanto clásica como jazzística la habilidad que mostró para saber enlazar propuestas tan distintas.

O dicho de otra manera, fluctuaba entre momentos líricos y hermosos, llenos de profundidad, a otros donde se podía haber ido a casa, él y los que estábamos allí. Pero, se supone, que el truco es este; que tras la tormenta llega el sol y el cielo despejado, o viceversa.

Aunque Uri Caine no es ni remotamente uno de mis pianistas de referencia, hay que reconocerle, sin embargo, esta probada capacidad de transitar por diversos géneros jazzísticos que, cuando menos, denotan un enorme conocimiento del material con el que está trabajando.

Caine estuvo acompañado por el contrabajista Mark Helias y el baterista Ben Perowsky, que hicieron aquello que se le demanda a este tipo de músicos en estas circunstancias; reforzar la labor del líder.

Me figuro que los muy seguidores de Uri Caine, que los había entre el público que prácticamente llenaba la sala, salieron encantados, mientras que en mi caso particular no me dejó ni frío ni caliente, lo que viniendo de este pianista no es poco.

Vale.