Que el pianista norteamericano Brad Mehldau es uno de los mejores músicos de jazz, así en general, pocas dudas hay al respecto tal y como lo atestiguan su amplia discografía, tanto como líder de sus propias formaciones como colaborando con otros jazzman, entre los que se incluyen luminarias como Pat Metheny, Christian McBride, Joshua Redman y Brian Blade, sólo le ha faltado trabajar con Keith Jarrett, del que es digno heredero.
A pesar de tener tan sólo 54 años, nació un 3 de agosto de 1970 en Jacksonville (Florida, Estados Unidos) Mehldau ha considerado oportuno escribir y editar su autobiografía. Pocos personajes hay, ya no digo jazzman, que a tal edad hayan sentido la necesidad de escribir sobre su propia vida.
Pero hay que reconocer que este pianista ha tenido una vida intensa, en buena medida nada ejemplar, y él lo sabe, y ha vivido en el meollo del jazz neoyorquino más pujante.
‘Un canon personal’, que así es como se titula se autobiografía, narra de manera muy descarnada elementos de su vida muy personales, caso de su bisexualidad y su conflictiva relación con la drogas, sobre todo heroína y alcohol.
Pero aquí no sólo hay morbo de con quién se acuesta o como tocaba cuando estaba colocado, también hay un relación intensa y extensa sobre periodo de formación, lo que los alemanes llaman la ‘Bildung’, palabra que utiliza el autor para referirse a ese tiempo, y que incluye no sólo su formación musical, que va desde Brahmns a Bob Dylan pasando por Radiohead, sino también la literaria (James Joyce y Thomas Mann).
Y, claro, también hay mucho jazz, desde la formación del cuarteto con Joshua Redman hasta sus muy interesantes reflexiones sobre los Marsalis, en especial de Wynton pero también sobre Brandford, sin olvidar su paso por España, lugar donde tocó en Madrid y Barcelona además de participar en alguna grabación.
Con todo ello ‘Un canon personal’ no sólo es el relato de una vida también es el testimonio en primera persona de una etapa de la historia del jazz que merece la pena recordar.
En última instancia, Brad Mehldau es un tipo con suerte y un superviviente y ‘Un canon personal’ así lo demuestra.
Por poner una pega a la edición; es una pena que no se haya incluido un índice onomástico.
Vale.
Editorial: Berenice Páginas: 425 Año: 2024 Traducción: Juan Manuel Ruíz Pardo |