De la periodista, escritora y activista política turca Ece Temelkuran acaba de ver la luz en España su libro ‘Cómo perder un país’, donde alerta sobre los peligros que para la democracia supone el populismo de derechas y de ultraderecha.
Ece Temelkuran describe en su libro, der manera particular, el desmantelamiento de la frágil democracia turca como laboratorio de pruebas de lo que puede suceder después en otros países, como, de manera un tanto similar y salvando todas las distancias, está ocurriendo en la Hungría de Viktor Orban.
«Lo crean o no lo que sea que le haya pasado a Turquía también les amenaza a ustedes», advierte ya en la introducción y trata de demostrar con desigual fortuna en el libro
«El propósito de este libro no es contar cómo (los turcos) perdimos nuestra democracia, sino intentar extraer lecciones de ese proceso en beneficio del resto del mundo», escribe la autora que ordena los argumentos de su hipótesis en siete pasos de la democracia a la dictadura y a cada paso dedica uno de los siete capítulos del libro: la creación de un movimiento; la manipulación del lenguaje y de la lógica racional; la sustitución de la información veraz por la posverdad; el desmantelamiento de los contrapesos políticos, judiciales y periodísticos; la anulación de los individuos, empezando por las mujeres, y su sustitución por el ciudadano sumiso; el error de subestimar el horror; y la desnaturalización o difuminación del país que encarcela, persigue y/o expulsa a sus mejores ciudadanos.
Más allá de que sus argumentos se puedan compartir, o no, la autora de ‘Cómo perder un país’ peca de un importante sesgo ideológico: los populismos de izquierdas no le preocupan y los nacionalismos, que llevan en si siempre la semilla del genocidio, no le preocupan. Pero igual Ece Temelkuran cree que el populismo de Nicolás Maduro o Daniel Ortega, por citar dos latinoamericanos, es digno de admiración.
En este sentido no deja de ser llamativo que Temelkuran imite a Hannah Arendt que en su ‘Los orígenes del totalitarismo’ no fue capaz de escribir una línea contra Stalin.
En todo caso una lamentablemente muestra de dogmatismo por parte de la autora que no le hace ningún bien al análisis que propone, por parcial y sectario.
En cualquier caso, y soslayando ese sesgo ideológico, lo cierto es que Ece Temelkuran en lo que escribe sabe de lo que habla ya que ha sufrido en carne propia la represión en el país con más presos políticos del mundo.
Editorial: Anagrama Páginas: 264 Año: 2020 Traducción: Francisco José Ramos Mena |