Tres enigmas para la Organización es el título de la última novela del escritor-escritor Eduardo Mendoza. Y con sólo escribir esto ya tendría que ser suficiente para salir pitando a comprar el libro y leértelo tranquilamente.
Pero como las órdenes son escribir, al menos 300 palabras, y yo soy un mandao, pues a ello voy.
De ‘Tres enigmas para la Organización’ sólo se puede decir que es ameno, divertido y que esa prosa arcaizante que utiliza Mendoza (que el pasado 11 de enero de 2024 cumplió 81 años), la convierte en un festín literario para cualquier lector mínimamente agudo.
Esta es una novela coral protagonizada por el ‘nuevo’, un expresidiario divorciado al cual su hijo adolescente desprecia; por la Boni chica mona y lista capaz de disfrazarse de cualquier cosa; por Grassiela, una distinguida señora madura que se hace acompañar por un perrito; por Buscabrega, un anciano que recita un manual francés de táctica militar; por Pocorrabo un experto en tipologías; por un jorobado que, a ratos, se siente el increíble Hulk; por Monososo un chaval catalano-japonés que es un hacha con las falsificaciones y, por último, pero no menos importante, por el jefe, un burócrata preocupado por no salirse del presupuesto.
Los tres enigmas que han de resolver esta suerte de agentes secretos de la T.I.A son: la aparición de un cuerpo sin vida en un hotel de Las Ramblas barcelonesas (El Indio Bravo), la desaparición de un millonario británico en su yate y la singulares finanzas de Conservas Fernández, que no sube sus precios a pesar de que la competencia lo haga.
Como no puede ser menos viniendo de la pluma de Menoza, las situaciones que viven los protagonistas rozan el absurdo y los personajes esperpénticos pululan por toda su obra como ese marinero Ricardiño, un arponero de ballenas, un taxista con corazón de agente secreto o la pareja de Andrepas e Irina.
Quede claro, el humor le sirve a Eduardo Mendoza para repartir críticas, bien fundadas pues sus personajes son muy quijotescos, a la moderna pedagogía, el procés catalán, la invasión turística de Barcelona, la vista gorda con que las autoridades toleran la prostitución y los (des)haceres de la Iglesia Católica.
No me resisto a escribir los rótulos de las diferentes puertas detrás de las cuales trabajan los miembros de la Organización:
«2.01.° Arritmia. Obesidad. Demencia. Todo lo cura el doctor Baixet.
2.02.ª Academia Zoológica Neptuno: Se adiestran simios.
2.03.ª Delitos fiscales, embargos, decomisos, expedientes. Borrachuelo & Associates.
2.04.ª Duró Durará. Reparación de lavavajillas, aspiradoras, planchas, cafeteras y demás efectos del hogar».
Sí, leeros este estupendo ‘Tres enigmas para la Organización’ de Eduardo Mendoza, un libro que justifica por sí solo el hecho de seguir leyendo.
Vale.
Editorial: Seix Barral Páginas: 407 Año: 2024 |