‘Las brujas y el inquisidor’ es el nuevo libro de la ensayista Elvira Roca Barea, obra con el que ha ganado el Premio Primavera de Novela 2023.
(Sí, ya se sabe que los premios literarios son un mamoneo, como (casi) todos los galardones que se conceden en España, pero quede dicho a modo informativo).
Si hay algún despistado en la sala y no sabe quién es Elvira Roca Barea baste decir que es la mujer que ha puesto patas arriba buena parte del discurso oficial en torno a la historia de España y que ella con su ‘Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español, ha logrado derribar, porque ya nada va a volver a ser igual, la llamada Leyenda Negra española, para disgusto de todos y cada uno de los así llamados intelectuales españoles de izquierda.
Pero no nos desviemos y vayamos con ‘Las brujas y el inquisidor’.
Se trata de una novela histórica donde Elvira Roca Barea rescata la figura del inquisidor Alfonso de Salazar y, al tiempo, arroja luz sobre el famoso caso de las brujas de Zugarramurdi (Navarra), nefasto acontecimiento que ha marcado buena parte del imaginario del nacionalismo vasco y del feminismo en España.
Por el camino la autora no deja de sacudir estacazos a los franceses, presentándolos como petulantes aburridos y poco menos que sicópatas asesinos. Aquí la figura de Pierre de Langre (antes Pierre de Rosteguy), que mando a la hoguera al menos a 80 personas (otras fuentes las cifran en 200) acusándolas de brujería.
Podría pensarse que al reivindicar la figura de un inquisidor tan importante como fue Alfonso de Salazar, Elvira Roca también reivindicaría por la puerta de atrás, por así decir, a la Inquisición española. Y nada más lejos de la realidad.
La Inquisición española no queda para nada bien parada, antes bien todo lo contrario, pues en esa institución también estaban Juan del Valle Alvarado y Alonso de Becerra Holguin, los dos inquisidores que llevaron a la muerte a seis personas (inocentes) que fueran quemadas vivas.
Lo que no cabe duda es que Roca Barea maneja muy bien los datos históricos y que presenta aquel lamentable hecho en el contexto político y social que se dio, poniendo de manifiesto que todo lo que ocurrió en Zugarramurdi tuvo su origen en Francia, más concretamente en Labort (el Lapurdi nacionalista vasco).
Salvo por las figuras del jesuita Baltasar de Velasco y Frías, que aquí aparece como sobrino de Alonso de Salazar y el fraile Alarcón, compañero de aventuras de Baltasar, y las aventuras que corren, el resto es puro y duro material histórico, eso sí, bien tratado para que los legos en la materia podamos entenderlo, Y se entiende.
Se puede decir que ‘Las brujas y el inquisidor’ entre de lleno en el proyecto de Elvira Roca Barea de reivindicar algunas de las figuras más importantes de la historia de España y los tiempos que vivieron, a la par que machaca (en este caso poco pero suficiente) a otros, como es el caso de Leandro Fernández de Moratín.
Y si a esta mujer le da por hacer una saga ambientada en el siglo XVII en Baltasar de Velasco y Frías ha encontrado, creo, su personaje. No dejaría de tener morbo confrontar la mirada de Roca Barea y de Arturo Pérez Reverte y su capitán Alatriste.
Remedando, mal, a Doug, tengo que decir que su libro ‘Las brujas y el inquisidor’, señora Elvira Roca Barea, se lee.
Vale.
Editorial: Espasa Páginas: 571 Año: 2023 |