La novela ‘Los guardianes del Prado’ de Javier Alandes es uno de esos libros perfectos para durante el verano.
Es fácil de leer, entretenido y ligero. Si fuese un tebeo cabría decir que es de la línea clara.
En ‘Los guardianes del Prado’ todo está bien definido; los buenos son muy buenos: solidarios, empáticos, guapos, amables y respetuosos.
Y los malos son muy malos; malvados, traidores, cínicos, asesinos despiadados, hombres a los que sólo les interesa el dinero y el poder.
Eso sí, entre los malos hay un arrepentido que pagará con su vida el mal que hizo y que se regenera gracias al amor de una mujer buena.
Javier Alandes narra en su libro dos hechos sucedidos durante la Guerra Civil Española.
El primero es el traslado de las piezas más importantes y significativas del Museo del Prado en Madrid a Valencia durante la contienda militar tras la huida del gobierno republicano de la capital de España a la ciudad levantina.
Es aquí donde los buenos juegan el papel más importante.
El segundo es uno de esos sucesos muy poco conocidos ocurrido durante la Guerra Civil Española: el expolio de las monedas de oro de Museo Arqueológico Nacional (MAN), que todas las fuentes históricas atribuyen a los gobernantes de la Segunda República pero que Javier Alandes logra hacer, gracias a la ficción, que los malos sean los responsables del expolio artístico más importante de la historia de España.
Y todo ello atravesado por la investigación de un periodista valenciano al inicio de los años ochenta (hay por ahí un golpe militar protagonizado por algunos espadones trasnochados y por ello peligrosos) que un momento de crisis personal y profesional logra redimirse gracias a intentar sacar a la luz estos hechos.
Claro, no lo conseguirá porque los herederos de los malos y sus cómplices no lo permitirán.
Y como telón de fondo de todas estas historias la ciudad de Valencia.
Claramente, ‘Los guardianes del Prado’ de Javier Alandes es una novela de playa.
I. Letrado
Editorial: Espasa Páginas: 543 Año: 2022 |