Leila Guerriero es una de las periodistas y escritoras más destacadas de la Argentina y La llamada es una muestra patente de lo dicho.
Este libro surge cuando Leila Guerriero se entera de la existencia de Silvia Labayru en el periódico porteño Página/12 en 2021, y sabe que ahí hay una historia que contar y profundizar.
Y ¿quién es de Silvia Labayru?. Pues una superviviente de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), el centro de detención y tortura de la dictadura cívico-militar argentina que desde 1976 y durante ocho años gobernó la Argentina.
Y en cuanto superviviente, de las cinco mil personas que pasaron la ESMA sólo lograron salir con vida 200, una sospechosa. Una colaboradora. Una chivata.
A Silvia Labayru, hija de familia de abolengo militar, novia de montoneros y madre en la misma (prestigiosa) Escuela Superior de Mecánica de la Armada en la que entró embarazada de cinco meses, la detuvieron por montonera.
Y cuando fue liberada decidió exiliarse en Madrid (España) donde aunque parezca lo contrario, el infierno no acabó. La sospecha, la permanente sospecha.
Pero Silvia Labayru, que parió a su hija en la ESMA en la misma camilla donde fue torturada y violada por sus captores, no se rindió y siguió luchando, tanto por su propia memoria como por la de la historia de la Argentina.
Y todo esto y más es lo que narra Leila Guerriero en ‘La llamada’, que tiene por subtítulo ‘Un retrato’, y donde Labayru no ha ahorrado ningún detalle sobre su historia que aflora, afluye, emerge en conversaciones innumerables, digresivas, despistadas, jocosas, risueñas, trágicas, vergonzosas, descarnadas, repetitivas e inesperadas.
Un dato chorra; como argentinas que son tanto la autora como la hay muchos psicoanálisis –vía lacaniana, ¡horror!-, y que cambio no hay mate por ningún sitio.
Y todo ello escrito como sólo sabe hacerlo Leila Guerriero.
Y si leéis por ahí que este relato es muy bueno, creéroslo.
Vale.
Editorial: Anagrama Páginas: 432 Año: 2024 |