De La escalera de Bramante se puede decir que es la gran novela del escritor ecuatoriano Leonardo Valencia.
Y lo es no ya sólo por su extensión, 760 páginas contemplan al lector, sino también, y sobre todo, por la ambición literaria del autor, que le dedicó ocho años a su escritura, y en la que aparecen casi todos los estilos literario, pasando del diálogo a la abstracción, del ensayo al thriller o de la novela semi-histórica al estudio de personajes.
Leonardo Valencia presenta en ‘La escalera de Bramante’, que ha sido definida como « la búsqueda de la gran novela ecuatoriana», un tríptico monumental que habla de arte, amistad y desarraigo, son su dosis de violencia adosada.
Con un título como este, que hace referencia a la escalera creada por el arquitecto Donato Bramante ente 1507 y 1514 y que se encuentra en el Vaticano, en un cuerpo anexo al Patio Octogonal del Palacio del Belvedere, no es de extrañar que la novela tenga a la pintura, y en el arte en general, como como ejes centrales.
La novela gira en torno a tres historias principales. Por un lado, está Landor, un anciano pintor alemán obsesivo y cosmopolita que sufrió en su infancia las consecuencias de la derrota alemana en la II Guerra Mundial y que en sus últimos años se refugia en la Costa Brava. Por otro lado, está Álvaro, otro pintor pero esta vez joven que se obsesiona con la monocromía mientras vive una vida nómada pero siempre influenciada por sus orígenes ecuatorianos. Por último, tenemos a Laura, que escapa de su familia para acabar sufriendo una vida de paranoia y violencia en la frontera de Ecuador con Colombia.
Pero estos tres personajes principales, que desarrollan su vida en países como España, Alemania Francia, Colombia y Ecuador no llegan a reunirse nunca en la narración.
Con esos mimbres no es de extrañar que la novela este trufada de reflexiones filosóficas, literarias y artísticas.
Leonardo Valencia empezó a escribir la novela en España, donde vivió entre 1998 y 2018, pero la publicó en 2019 en Seix Barral, aunque ahora vuelve gracias a la editorial La Huerta Grande, cuando ya había regresado a Ecuador. Volvió a su país después de 25 años, de donde había salido en 1993, con 24 años, rumbo a Lima, donde trabajó como creativo de publicidad.
Vale.
Editorial: La Huerta Grande Páginas: 760 Año: 2024 |