La siesta, tal y como recoge el profesor de Historia del Arte en la Universidad de Murcia y escritor Miguel Angel Hernández en su breve ensayo ‘El don de la siesta’, ha estado hasta hace poco tiempo unida a la idea de vagancia y de pérdida de tiempo.
Pero esto ha cambiado y desde hace unos años echar la siesta está considerado como algo bueno, sano, necesario, e incluso, ‘chic’ y ‘cool’.
Más, para rizar el rizo, existen hasta entrenadores de la siesta que, según recoge Hernández, denominan a la siesta ‘periodos de recuperación controlada’ (PRC). Tal cual. Hay que joderse –sin perdón.
Pero Miguel Angel Hernández no quiere defender ese tipo de siestas, que no son otra cosa que pura mercantilización del placer (en este caso del dormir), sino que defiende una siesta «prohibida, perezosa, insensata, robada, hedonista. La siesta como vicio, como placer culpable, insano, casi prohibido. (…) como un momento de reencuentro con el cuerpo cansado, real, abyecto (…). Como cesura irrecuperable, tiempo detenido, fin en sí mismo» (pg. 47).
‘El don de la siesta’ lleva por subtítulo ‘Notas sobre el cuerpo, la casa y el tiempo’; y es que a Miguel Angel Hernández escribir sobre este «arte de la interrupción» le sirve para reflexionar también sobre el pasado y el presente, a través de la casa de sus padres y de su nueva, y propia, casa; así como sobre la interrupción del tiempo, con una mirada específica sobre el arte contemporáneo, que es este tiempo de placer que se usa cuando se necesita; por la mañana, al mediodía, la tarde o la noche y que tiene una duración entre cinco minutos y, diré, dos horas (ese es mi record).
Pero a este profesor de arte, que hace siestas en cama y con pijama, este libro también le sirve de expiación de culpa, pues reconoce el daño causado a una familia con la escritura de su primer, y hasta ahora, único libro de ficción titulado ‘El dolor de los demás’ (Anagrama).
‘El don de la siesta’ es un libro ameno y agradable, con algunas valentías y alguna cobardía, que, aparte de reivindicar esa sabiduría de los españoles que es la siesta, también da unas cuantas pistas para tirar de diversos hilos si al lector le interesa profundizar en algunos de los temas abordados brevemente en este ensayo.
La siesta es tiempo sagrado, y como igual, acaso, Mircea Eliade no conocía la siesta, no la incluyó como una de las formas de ese tipo de tiempo. Pero lo es.
I. Letrado
Editorial: Anagrama Páginas: 267 Año: 2020 |