El periodista musical Nando Cruz ha puesto recientemente en las tiendas ‘Macrofestivales. El agujero negro de la música’, un ensayo donde intenta desmontar esos grandes eventos musicales que se celebran, mayormente, durante el verano por toda Europa.
Y lo quiere hacer tanto desde un punto de vista musical, como económico, político y social.
Para llevar a cabo su propósito tira tanto de experiencias personales, él estuvo allí como profesional acreditado, como por los testimonios algunas de las personas involucradas en el pasado en el desarrollo de esos acontecimientos.
El diagnóstico de este periodista musical (sí, hay periodistas musicales que, se supone, viven de ello) es el de Totalgia. Todo mal en todo tiempo y lugar. Todo mal si eres espectador, por ir, por consumir y, en el fondo, por ser un alienado que no comprendes la maldad intrínseca de estos eventos.
Un macrofestival de música es turbocapitalista, extractivo, antiecologista, promotor del cambio climático, explotador de los recursos humanos, anti-musical (demasiada música ‘indie’, que no deja de ser una manera de pijismo).
Para asentar su idea Nando Cruz tira de informes de muy diferentes orígenes, que van desde los puramente económicos a los ecológicos, pasando por los sociales y culturales.
Obviamente este es un libro de parte, esto es, no hay ninguna declaración u opinión contraria a la idea que se plantea. Y hace bien, no sea que alguien le rompa el hechizo.
‘Macrofestivales. El agujero negro de la música’ es un libro que muestra todas y cada una de las características del pensamiento woke, esto es, de la izquierda reaccionaria; y salen todos los tópicos y típicos de este pensamiento anti-ilustrado; desde el clasismo al racismo pasando por la diversidad de género.
Lamento decirlo pero Nando Cruz ha escrito un libro lleno de populismo (le va a gustar mucho a los suyos) y demagogia. Utiliza algunos conceptos cuando menos ambiguos (¿de verdad los jóvenes van a los macrofestivales porque son unos melómanos del pop-rock? ¿Hay melómanos del punk, del trap o del regueton?), y presenta comparaciones incompatibles e incomensurables.
La sola idea de comparar el BBK Live con la Quincena Musical donostiarra (pg.55) es ya directamente causa para dejar de leer el libro.
Más allá de vaguedades más o menos poéticas y de buscar unicornios colorados, Nando Cruz no propone ninguna alternativa, pero, me figuro, tampoco tiene porque hacerlo.
En fin, no deja de ser llamativo que en esta totalgia contra los macrofestivales no haya hecho referencia al Jazzaldia donostiarra, que, a tenor de lo explicado por Nando Cruz, entra de lleno de esa categoría de festivales de música que hay que derribar.
Pero una de las claves de este libro, acaso la clave del mismo, la da el propio autor «los ancianos que andábamos por el mundo antes de que existieran los festivales y pagábamos las entradas de conciertos en pesetas».
En todo caso, si necesitas razones para no ir a un macrofestival veraniego, este ‘Macrofestivales. El agujero negro de la música’ de Nando Cruz te va a dar muchas razones.
Vale.
Editorial: Península Páginas: 348 Año: 2023 |