El escritor, fotógrafo, cineasta e ilustrador, Romain Slocombe ha creado con el inspector Léon Sadorski uno de los personajes más hijos de puta que se pueden leer en la literatura negra actual.
Léon Sadorski lo tiene todo para caer mal: antisemita, machista, violento, xenófobo, cínico, malvado, extorsionador, misógino, malencarado, ladrón, egoista y colaboracionista con los nazis.
Un total y absoluto corrupto político, moral y profesional.
Pero también es listo, inteligente y tenaz en su trabajo.
La historia de El caso Léon Sadorski, con el que se inaugura una hexalogía (seis libros) protagonizado por este personaje, sucede durante la primavera de 1942 y en ella se entremezclan policías franceses, miembros de la Gestapo, judíos asustados y colaboracionistas de todo tipo, clase y condición.
‘El caso Léon Sadorski’ tiene a su favor el que es un relato que rompe con el discurso oficial francés donde (casi) todos los franceses eran miembros de La Resistencia, ya fuese activa o pasivamente.
Aquí no. Aquí los parisinos, y por extensión los franceses, se muestran indiferentes a la suerte de los judíos y viven la ocupación nazi de su ciudad y de su país con una cierta naturalidad. Habían asumido que los nazis estaban allí para quedarse mucho tiempo.
Un aspecto que merece destacarse de esta novela es la vívida descripción de la vida cotidiana del País ocupado, con sus cafés y sus calles, así como la moda y el cine que se veía, donde la vida fluía casi con alegría, para lo cual Romain Slocombe ha debido de realizar un exhaustivo trabajo de documentación, lo que hace al relato más creíble.
Léon Sadorski es, ya lo he escrito, un hijo de puta, y sin embargo, a veces, es capaz de rasgos de humanidad (protege a una joven judía) y se siente por él una cierta solidaridad, como,, por ejemplo, cuando es detenido e interrogado por la Gestapo, uno de los momentos de la novela más duros, pues la documentada descripción de los interrogatorios así como de las torturas infringidas por los alemanes dan todavía miedo a quien las lee.
Sólo un ‘pero’ a la traducción., que tiene que ver mucho con su protagonista. Sadorski odia a los alemanes, a los que obedece pero desprecia (él es, a la postre, un patriota francés) tanto como a los judíos y a los comunistas.
Los franceses llamaban despectivamente a los alemanes ‘boches’, que viene a ser algo así como los ‘gabachos’ para los españoles. Y en la traducción en vez de utilizar la palabra ‘boche’ se utiliza la más neutra de ‘teutón’, con lo que el matiz despreciativo con el que el inspector de las RG (Renseig-nement Généraux, inmensa policía política creada en 1911) se refiere a los alemanes se pierde.
Merece la pena destacar la bonita edición de Malpaso, con una tapa dura muy de los años cuarenta y con los cantos del libro tintadas en rojo.
En fin, que sí, que ‘El caso Léon Sadorski’ de Romain Slocombe es una estupenda forma de comenzar el año literario de 2023.
Editorial: Malpaso Páginas: 352 Año: 2022 Traducción: Julia Escobar |