Aunque en un principio la escritora Rosa Ribas había decidido que su saga familiar de detectives, los Hernández, iba a ser una trilogía, (de hecho anunció que «Nuestros muertos» cerraba la saga) ha decidido que no, que mejor, al menos por ahora, una tetralogía. Y «Los viejos amores» es el cuarto libro de la serie.
Es conocido que a esta escritora, con más de una veintena de novelas a sus espaldas, la mayoría de ellas de asuntos detectivescos y policíacos, le gustan que sus personajes se desarrollen en series, como las de la comisaria Cornelia Weber-Tejedor o las de la reportera Ana Martí (escritas a cuatro manos con Sabine Hofmann).
En esta ocasión dos son los temas que sobrevuelan el relato. Uno, el más directo, por así decir, tiene que ver con los estafadores del amor, esos individuos que se aprovechan de la soledad y, por qué no, también de la desesperación y de los sueños, de muchas mujeres mayores.
El otro es el pasado. Y es que la presencia de Marc, el hijo de los protagonistas muerto en la primera entrega de la serie, continúa siendo una presencia permanente, justamente por su ausencia –y por qué hay un inspector de policía que sigue investigando las causas de su asesinato. Pero también a través de ese cliente que pide se le den un resumen de la vida actual de diez viejos amigos para poder saber si alguno de ellos tiene una existencia mejor o peor que la suya.
Los Hernández, Mateo y Lola, el matrimonio, y las hijas Nora y Amalia, además de Ayala, compañero de esta última, están más viejos, más baqueteados, pero ello no significa que tengan una mirada hacia el mundo más cínica. Al final, las vidas importan.
En esto de las novelas policiacas y detectivescas Rosa Ribas es una especie de anomalía: en sus libros no hay criminales sangrientos, ni asesinatos truculentos, ni sádicos criminales. Todo pasa en un mundo normal, tanto que, aunque Barcelona es la metrópoli donde vive la familia, es el barrio Sant Andreu donde todo se desarrolla. De alguna manera, que no voy a desarrollar ahora, este narrar lo extraño en un mundo normal, para denunciarlo, era uno de los motivos iniciales de las novelas de serie negra y no tanto el describir los pormenores de un psicópata asesino y lo que hace con sus víctimas.
«Los viejos amores» de Rosa Ribas es una novela que se puede y se debe recomendar.
Vale.
Editorial: Tusquets Editores Páginas: 331 Año: 2025 |