La polaca Wisława Szymborska (1923-2012) es una de las mejores poetisas de todos los tiempos.
Aunque el Premio Nobel de Literatura no quiere decir (casi) nada sobre la calidad literaria de la obra de un autor, lo cierto es que Wisława Szymborska recibió este sobrevalorado premio en el año 1996. Y el hecho de que se lo concedieran dignifica y dan sentido, al menos en parte, a este galardón.
Felizmente, la obra de esta genial poetisa se ha ido traduciendo al español de forma continuada desde que le dieron el Nobel de Literatura; y así los aficionados a la poesía, y en concreto a la poética de esta mujer, tenemos a nuestra disposición la práctica totalidad de la obra de esta autora.
Con la edición, por parte de la editorial Nordica, de ‘Canción negra’, se completa la generalidad de la obra de Szymborska traducida al español.
En sentido estricto ‘Canción negra’ no es un libro de Wisława Szymborska. Esto merece una explicación.
Este libro, que recoge poemas de la poetisa escritos y aparecidos en diversas revistas polacas entre 1945 y 1948, nación como un regalo de cumpleaños en 1970 de su exmarido, el poeta Adam Włodek, con el que, a pesar de su divorcio, siempre mantuvo una buena amistad. Włodek dedicó un buen tiempo a rastrear y buscar los primeros poemas de su ex- mujer, juntarlos y editarlos.
Como no puede ser de otra manera ‘Canción negra’ no contiene esa poesía que identificamos con Wisława Szymborska, pues no dejan de ser poemas de juventud, ya que cuando los escribió la poetisa tenía entre 21y 24 años, pero ya se entrevé en ellos lo que después será su obra más sólida y propia.
‘Canción negra’, que ha sido traducido por Abel Murcia y Katarzyna Mołoniewicz, cuenta con unas liricas a ratos trágicas a otras, ilustraciones de Kike de la Rubia.
Y no me resisto a exponer un fragmento de ‘Paz’, escrito en 1945, uno de los poemas aparecidos en esta ‘Canción negra’ de Wisława Szymborska:
«Hubo un tiempo en que conocíamos el mundo al dedillo:
era tan pequeño que cabía en el cuenco de unas manos,
tan simple que era posible describirlo con una sonrisa,
tan corriente como el eco de viejas verdades en una oración.
La historia llegó sin trompetas victoriosas:
nos arrojó tierra sucia a los ojos.
Nos esperaban lejanos caminos sin salida,
pozos envenenados, pan amargo».
Y.M.
Editorial: Nordica Libros Páginas: 88 Año: 2020 Traducción: Abel Murcia y Katarzyna Mołoniewicz |