David Gilmour fue el guitarrista de Pink Floyd y desde la disolución del grupo ha sido, junto con el batería Nick Mason, el que ha mantenido con la dignidad que se merece el legado de la mejor banda de rock de la historia (lo de Rogers Waters vamos a dejarlo de lado y a pensar que su ego le ha hecho una mala jugado –Waters ha sido, es, un mediocre que sólo el complemento creativo de Gilmour, Mason y Wright hizo que sus canciones, sus balbuceos, fuesen lo que han acabado siendo).
Quien esto escribe ha sido, y sigue siendo, un pinkfloydmaniano irredento y me jode que la banda acabase como acabó y que alguno de sus miembros ande por ahí desbarrando. Pero así es la vida.
La carrera en solitario de los cuatro miembros del grupo ha dejado, en el mejor de los casos, bastante que desear (aquí está claro que la unión hacía la fuerza y que el todo era más que la parte), aunque hay excepciones, como este ‘Luck and strange’ de David Gilmour.
David Gilmour tiene 78 años y desde 1994 está casado con la escritora Polly Samson, y esto es importante en esta ocasión porque su esposa ha escrito todas las letras de las canciones que aparecen en ‘Luck and strange’.
Este es el quinto disco a su propio nombre y ha tardo nueve años en sacarlo, tras su ‘Rattle that lock’ (2015) y de Luck and strange’ ha dicho que es su «mejor trabajo» desde «los tiempos de ‘The dark side of the moon’». Y si él lo dice habrá que creerle, aunque lo haya dicho en plena promoción del álbum.
De lo que no cabe duda es que ‘Luck and strange’ es un disco muy bueno, que recuerda al mejor David Gilmour de siempre, ahí está ‘A single spark’, para demostrarlo.
Este álbum se caracteriza por sus ritmos medios, por su gusto por las melodías, por abordar en sus letras asuntos relacionados con la vejez y la muerte, y por su carácter familiar; además de su mujer en la letras, también participan su hija Romany al arpa y la voz, su hijo Gabriel a los coros y su hijo mayor, Charlie, también escribe la letra de una canción (‘Scattered’).
Pero es que, además, Gilmour rinde homenaje a su amigo Rick Wright, el fallecido teclista de Pink Floyd al que en un ataque de estupidez Waters despidió de la banda para, posteriormente, contratarlo como músico de acompañamiento, y en el tema que da título al disco aparece una grabación en el órgano Hammond de Wright, registrada en el año 2007 (el teclista dejó el mundo de los vivos en el año 2008).
Podría seguir escribiendo más sobre David Gilmour y su ‘Luck and strange’ pero ¿para qué?, si lo importante es escucharlo y disfrutarlo.
Delein.
Músicos: David Gilmour (guitarra, piano, voz), órgano, ukelele, teclados, bajo); Richard Wright (piano eléctrico, órgano Hammond); Romany Gilmour (voz, arpa); Rob Gentry (sintetizador, teclados, piano, órgano); Roger Eno (piano); Guy Pratt (bajo); Adam Betts (percusión, yembé, batería); Steve DiStanislao batería); Steve Gadd (batería, percusión); Tom Herbert (bajo); Gabriel Gilmour (coro); Edmund Aldhous (órgano, director musical de la Ely Cathedral), Coro de la Ely Cathedral (coro); Coro de Angel Studios (coro); Orquesta de Angel Studios Año: 2024 Estilo: Rock |