Ricky Dillard es un perfecto desconocido para la mayoría de los aficionados a la música en España.
Y escribo bien ‘para la mayoría’ porque es seguro que los (escasos) aficionados al góspel que hay en España conocen bien a este hombre.
Y estaría bien que todos los demás le empezásemos a conocer tras la edición de su último disco, ‘Choirmaster’
Para los especialistas gringos en este especial tipo de música religiosa que es el góspel este nuevo disco de Ricky Dillard ha merecido los máximos elogios.
Y son bien merecidos esas aclamaciones que suscita porque ‘Choirmaster’ es un disco muy, pero que muy, recomendable, lleno de energía, fuerza, repleto de buenas canciones y con unas interpretaciones intensas y vibrantes.
Vamos, como que casi me pongo a gritar en mi gabinete de las maravillas eso de ¡aleluya! Y ‘The Band!!.
Para conocer un poco, sólo un poco, a este compositor, productor y director de coro llamado Ricky Dillard hay que indicar que antes de dedicarse a la música religiosa baptista trabajo en el mundo del house en su Chicago (Illinois, USA) natal.
Pero a él lo que verdaderamente le gustaba era el góspel, que había escuchado desde niño en su casa. De hecho, según ha contado en más de una entrevista, el primer disco que tuvo fue el ‘Amazing Grace’ de Aretha Franklin con el reverendo James Cleveland.
‘Choirmaster, que hace el undécimo disco en la carrera de Ricky Dillard como músico de góspel, fue grabado en directo en el Chicago’s Haven of Rest Missionary Baptist, lugar donde grabó su debut en 1991 con el disco ‘The Promise’.
Pero posiblemente Ricky Dillard no sería lo que es sin el fantástico coro que dirige, el New Generation Chorale (New G), con solistas como la soprano Donisha Ballard o el tenor Thomas Allen.
En las doce canciones del disco hay temas del propio Ricky Dillard y versiones de clásicos del góspel como ‘Let There Be Peace on Earth’, que lo grabó Mahalia Jackson en 1967, y ‘Peace Be Still’, una composición del siglo XIX.
Si no lo he escrito ya, lo hago ahora, ‘Choirmaster’ se disfruta desde el principio hasta el final y demuestra que, más allá de si se es o no creyente, la música de góspel y sus intérpretes tienen una intensidad difícilmente encontrable en otras músicas.
Tengo para mí que este va a ser uno de los mejores discos que he escuchado en este interesante intenso año 2020.
Amén hermano, hermana, hermane y animales varios.
Vale.
Y.M.
Año: 2020 Estilo: Gospel |