Van Morrison es uno de esos músicos con el que mantengo una relación asimétrica, por así decirlo, o si se prefiere de amor-odio.
Sus discos me parecen irresistibles, de esos que, por mediocres que sean, están por encima de la media actual y merecen la pena ser disfrutados.
Sus directo, por contra… bueno, basta decir que decidí hace años no volver a verlo. No porque sean malos sino que para ver y oír lo que él presenta en directo me quedo en casa.
Lo que le ocurre a los directos de Van Morrison es que muestran a un hombre maleducado y que tiene un concepto de lo que debe ser una actuación en vivo que no encaja con la mía. Un música es algo más, y algo menos, que un obrero de la construcción.
Pero este tema no toca ahora.
Lo cierto es que Three Chords And The Truth, el cuadragésimo primero (41) de su discos es un disco que está a la altura de su legado.
Vale no posee ninguna que te haga arrancar la camisa a causa de la emoción, pero todas ellas rozan el notable alto. Son puro Van Morrison.
El título del disco hace referencia a cómo debía ser la perfecta canción del country según Harlan Howard, una de las grandes figuras de eso género: «Three Chords And The Truth» («Tres acordes, y la verdad»).
Las catorce canciones de este disco son todas originales, ni una sola versión, y todas han sido escritas por el propio Van Morrison (excepto If We Wait for Mountains, co-escrita con el letrista Don Black).
En ‘Three Chords And The Truth’ se puede escuchar ese género musical tan genuino llamado Van Morrison, que es una mezcla única de rock, soul, jazz y country.
Puede que, acaso, ‘Three Chords And The Truth’, no te guste y entonces sabrás en ese mismo momento que tienes un problema: eres un pedante, un petulante, un engreído,… o simplemente eres gilipollas y todavía no te has dado cuenta. Lo siento pero alguien tenía que decírtelo.
Y.M.
Año: 2019 Estilo: Van Morrison |