Sharon Jones & the Dap-Kings: ‘Give the People What They Want’

A veces, pero muy raras veces, no sé cómo empezar una reseña de un disco, no por nada en especial si no para que no parezca que es un panfleto promocional. Obviamente esto sólo me pasa con los discos que me tocan seriamente la fibra. Como este apasionante Give the People What They Want (Daptone Records), el quinto disco en la carrera de Sharon Jones & the Dap-Kings.

Si te gusta la Música, así con mayúsculas, sin importar el tipo la clase y la condición, entonces debes hacerte con este disco ya. Si eres seguidor del soul o el funk (el funk no el funky) racial y verdadero entonces con más razón para hacerte con él. No tenerlo sólo se puede calificar como un error.

A estas alturas de mi vida me da igual si Give The People What They Want es neo-soul, soul vintage –que dicho sea de paso es las dos cosas, pero también es mucho más-, porque este disco respira vida por todos los costados.

Y esta es la paradoja maravillosa de este disco: justo antes de la publicación del álbum a Sharon Jones, un mujer madura, tímida y discreta cuando no está en el escenario, pero que es una fiera encima de las tablas, le diagnosticaron un cáncer, que felizmente ha superado y ha hecho que incluso pueda volver a girar (andará por España el próximo mes de noviembre). Esto es: de lo que podía haber sido un disco póstumo se ha convertido en un himno a la vida. Ella ha perdido su negra melena pero no su voz, y eso es una gran noticia.

Give The People What They Want es un disco como ya no se hacen: canciones cortas, breves pero contundentes, que están realzadas por una sección de metales envidiables y unas coristas -The Dapettes- de lujo, que arropan y ensalzan la poderosa e intensa voz de Sharon Jones.

En las diez canciones que componen el álbum hay recuerdos al sonido de la Motown y Stax (¡que menos!), y homenajes a Curtis Mayfield (People Don’t Get What They Deserve, ¡no se pierdan esos vientos!), y Sam Cooke (Get Up And Get Out’).

Para qué seguir escribiendo si lo mejor es disfrutar de este pequeña maravilla. Pero antes de despedirme dos cosas: de la calidad de la banda da cuenta el hecho de que buena parte de ellos eran quienes estaban detrás de Amy Winehouse en Back To Black. Dos, la portada del disco, tan de los psicodélicos setenta, es un homenaje a The Chi-lites y su For God’s Sake.

Y si quieren una canción para emocionarse y comprobar la distancia sideral que hay entre esta mujer y su banda de otras mujeres más famosas (y no voy a dar nombres), escuchar Making Up And Breaking Up, una maravilla para llorar de felicidad.

J.M.